Daniel 2:14-16

¿Quiere usted crecer en fe? Lea los siguientes versos:

Daniel 2:14-16

"Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey”

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La traducción de estos versos en Reina Valera es perfecta. Antes de seguir con estos versos queremos comparar esta situación con la del capítulo primero, para notar cómo fueron creciendo en fe Daniel y sus amigos.

La situación en que tuvieron que ejercitar su fe en el primer capítulo era evadir la contaminación espiritual proveniente de la comida no estipulada según la ley de Dios. El relato termina con el triunfo de ellos y anticipa hechos de fe que vendrían después. Conforme a la cronologia dada en el libro, esta historia del primer sueño de Nabucodonosor ocurrió en su "segundo año" (Dn 2:1) que sería 604 AC. Con toda probabilidad la relación personal de Daniel con el rey comenzó en el capítulo segundo, con la interpretación de este sueño.

Anteriormente habíamos visto a Daniel haciendo un trato con Melsar, el encargado designado por el jefe de eunucos; ahora se dirige a Arioc, capitán de la guardia. Y en ambos casos la Escritura da testimonio de la sabiduría de Daniel en su trato con sus superiores - un esclavo hebreo frente a los altos funcionarios del imperio babilónico - que contrasta con el trato injusto del rey hacia sus "asesores". No obstante, no pensemos que Nabucodonosor era en modo alguno un rey incapaz. La historia secular lo presenta en general como un rey que extendió las fronteras de Babilonia, llevó la ciudad a mayor esplendor y en resumen, fortaleció el imperio. Pero cuando se trata de lo espiritual, desconocido y sobrenatural, estaba en la misma ignorancia del equipo de magos, astrólogos y brujos que le asesoraba. Además, sus invasiones de Judá y la toma de cautivos judíos lo convirtió en enemigo del pueblo de Dios.

Observemos además cómo Daniel y sus amigos van más allá en su fe. El convenio del capítulo anterior implicaba que se mantendrían saludables con una dieta dudosa; pero el de ahora, que revelarían al rey Nabucodonosor lo que había soñado y qué quería decir tal sueño. Wow! ¿Quién no quisiera tener esa fe? ¿Es un don de Dios para Daniel solamente, o para todo el que cree?

Varios puntos pueden ser resaltados en la fe que mostraron Daniel y sus amigos:

1) La mansedumbre con que trató Daniel el asunto, con "prudencia y sabiduría" (esta "sabiduría" viene del arameo "etá", de la misma raíz del verbo "yeát" que corresponde al hebreo "yaáts", "asesorar" o "aconsejar"; es una cualidad del Mesías en Isaías 9:6) Daniel no se rebeló contra la injusticia que le amenazaba de muerte (siendo que él no sabía siquiera lo que pasaba) y tampoco se intimidó por causa de la misma ("mansedumbre" no es "cobardía", como algunos creen) Las respuestas psicológicas humanamente normales frente al peligro de muerte son "de ataque o huída" (si predomina la ira o el temor) Pero el Espíritu Santo dio a Daniel otra salida: servir al mismo que lo estaba tratando tan injustamente.

2) La confianza de Daniel en la sabiduría de Dios y en su capacidad para revelar. Anteriormente comentábamos la aparente lógica de la respuesta de los caldeos: "los dioses no habitan en la carne" (Dn 2:11) por tanto, "no podemos saber lo que ellos saben". Pero Daniel tenía otra revelación de Dios; él creía en un Dios que puede habitar en las personas (recuerde que Daniel era hebreo y conocedor de las Escrituras; lea el Antiguo Testamento y compruebe cuántas veces dice allí, "y el Espíritu de Jehová vino sobre...").

3) La confianza de que Dios tenía un propósito para con ellos y no les dejaría hasta que no lo llevara a cabo. Génesis 28:15 es un buen ejemplo de la fidelidad de Dios, en este caso a Jacob "el tramposo", lo cual demuestra que "es de Dios el tener misericordia". Muchas personas conocen de Dios, creen que es capaz de transformar vidas, de sanar enfermedades, de librar de posesión demoníaca, etc. PERO no se creen dignos de ser usados por Dios como instrumentos para llevar adelante todos estos milagros. Si usted está en este grupo, pregúntele al Señor quién tenía razón, si los caldeos o Daniel.

En un mensaje anterior (Dn 1:10-13) hablábamos de la fe, y de cómo el Señor rompió mis ataduras y vino a mostrarme que yo tenía fe ciertamente, sólo que mi fe tenía que crecer. El crecimiento en fe nos lleva a situaciones que desde el punto de partida nos hubieran parecido imposibles, pero con Dios nada es imposible.

Esto sucedió en 1995, unos meses después de nuestra llegada a Suecia. Por causa del rechazo de nuestra petición de asilo político - historia algo más larga que ahora no es relevante - nos encontrábamos en una manifestación en la plaza de Sergel, Estocolmo. Allí conocimos a nuestro pastor actual, Luis Berrios, quien oró por nosotros y fue un gran apoyo para nosotros mientras tomábamos parte en una huelga de hambre, pidiendo entre otras cosas no ser deportados de regreso. Y también conocimos otros cristianos que nos invitaron a su iglesia, Södermalmskyrka, en la parte sur de la capital. El mensaje del día tocó el libro de Ester, donde el pueblo judío estuvo en peligro de exterminio y fue librado mediante la intercesión de la reina Ester, que pidió apoyo del pueblo a través de un ayuno. Al final, el pastor llamó a los que tuvieran necesidad de oración, para que las expusieran y se orara por sus necesidades. Muchas eran nuestras "necesidades", desde un punto de vista humano: estábamos sin identidad, sin trabajo, sin futuro ni esperanza (desde el punto de vista humano). Sin embargo, todo esto se esfumó y fue como nada para mí en aquel momento; cuando me preguntaron, la "necesidad" que salió de mis labios fue ser lleno del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es Dios. En teología es llamado "la tercera persona de la Trinidad" y para muchos es bastante ignorado, en comparación con el Padre y con el Señor Jesucristo. Pero Él es tan Dios como el Padre y como el Señor Jesucristo. Él es el que nos convence de pecado para que recibamos a Cristo como Señor y Salvador, Él es el que nos muestra la gloria del Padre y del Hijo, el que nos revela las cosas que Dios nos quiere decir en la Biblia (Su Palabra) y el que forma nuestro carácter y nuestra vida espiritual a la semejanza de Cristo. Él es el que nos "sella" como propiedad de Dios y nos da testimonio de ser sus hijos.

Mientras se oraba por las necesidades de cada cual, yo estaba con mis manos hacia el cielo; lo único que salía de mis labios era "Aleluya" en la presencia de Dios. Cuando todos se habían retirado, quedé sólo con mi petición, y el pastor pidió a toda la congregación para que se uniera en oración por mi deseo. Viendo que mi única acción era alabanza a Dios, me tocó suavemente y me dijo que dejara fluir las lenguas. Entonces mi "Aleluya" se transformó en un idioma desconocido, pero claro y articulado. ¡Había recibido el bautismo del Espíritu Santo y estaba hablando en lenguas, como los creyentes del Nuevo Testamento en el libro de los Hechos!

El "don de lenguas" es uno entre los que el Espíritu de Dios nos da para capacitarnos para la obra de Dios. Y es una promesa de Dios para todo creyente. Cuando uno se encuentra de repente hablando en un idioma desconocido, nuestro espíritu recibe que está ocurriendo algo sobrenatural, porque sobrenatural es este don y todos los demás del Espíritu de Dios. Y es necesario ejercitar FE para usar estos dones, porque Dios nos los regala pero no nos obliga a usarlos.

Con posterioridad a estos hechos comenzamos a asistir a la "Iglesia del Pueblo" - por aquel entonces "Iglesia Nueva Jerusalén" - y el Señor nos "ocultó en su tabernáculo en el día del mal" (Salmos 27:5), un "día" que duró tres años como inmigrantes ilegales. Pero a veces es en medio de las crisis donde el poder de Dios se manifiesta, como sucedió con Daniel y sus amigos que vieron la mano de Dios obrar con poder en medio de su cautiverio en Babilonia.

Nuestra iglesia creció aún cuando éramos en la mayoría inmigrantes ilegales, y estableció aún en esta condición, lazos de hermandad con otras, realizó conferencias e invitó predicadores y ministros de alabanza, tanto suecos como extranjeros. El poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad. En vísperas de una de estas reuniones, fuimos atacados fuertemente por Satanás. Pero Dios nos sacó en victoria, como verá.

Llevábamos meses ensayando con el coro de la iglesia, que era bastante pequeño y por ende, cada voz era prácticamente imprescindible. Para el que no está familiarizado con estos asuntos, déjeme explicar. Los miembros del coro pueden cantar "al unísono" (como la congregación de la iglesia) o "a voces" (como los coros). Pero en general todos los coros hacen trabajos vocales como parte de los arreglos. Y en aquella ocasión, ya teníamos arregladas y ensayadas todas las alabanzas que cantaríamos en la reunión. Entonces fue cuando el maligno nos atacó. La solista principal, una hermosa joven que el Señor ha dotado con el don de alabar a Dios - que digo de alabar a Dios, de traer un trozo de cielo a los corazones que le escuchan glorificar a Jesucristo - cayó enferma con una bronquitis (principio de neumonía; una enfermedad que ciertamtente le impediría cantar y le tendría en cama por cierto tiempo). Súmese a esto que los inmigrantes ilegales no pueden ir a ningún hospital, porque al ser identificados serían entregados a la policía y deportados inmediatamente. Podrá imaginarse nuestra situación.

Yo estaba al lado de ella y oraba al Señor; la única palabra que venía de Él a mí era, "estas señales seguirán a los que creen... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán". Pero esta promesa de Dios - salida de boca del mismo Senor Jesucristo - yo nunca la había "tomado para mí". Yo era de los que no se creen el instrumento de Dios. Hubiera podido cancelar toda la labor de meses, y llevar las alabanzas con simples arreglos de unísono, sin que ella cantara (pero no es lo que ella quería, y no es lo que Dios quería) Hubiera podido llevarla a un hospital, pero había el riesgo de ser apresados. Mientras caminaba de un lado para otro y sopesaba todas las posibles soluciones, seguía orando, y la única palabra que seguía llegando a mí era, "sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán". Es una bendición que la Palabra de Dios esté escrita y sea inmutable, porque nosotros somos bien cambiantes. Cuando a nuestro alrededor no hay en qué apoyarnos, humanamente, la Palabra de Dios sigue allí inconmovible. Entonces CREÍ. Creí que el Espíritu de Dios podía usarme, creí que aquella promesa desata el poder de Dios para que los que la creen se sirvan de ella, creí que Dios queria sanarla y que me quería usar a mí. Y oré por la sanidad de ella, creyendo en el poder de Dios.

Entonces ocurrió un milagro de sanidad. Ella se incorporó y arrojó todo un líquido que tenía en sus bronquios; en breve desapareció la inflamación y la fiebre, y estuvo lista para cantar la primera alabanza a Dios para la cual se había preparado. En medio de la crisis, el Señor me confirmó un don del Espíritu Santo, de sanidades. No porque yo no creyera en su existencia; desde niño tuve el ejemplo de mi abuela materna que siempre oraba por los enfermos (aún en los regímenes comunistas muchas personas siguen creyendo en Dios) pero nunca lo habia considerado como algo "para mí", algo que yo podía ejercitar (yo era ateo, y lo que hacía mi abuela era algo misterioso e incomprensible) El Señor me llevó más allá en mi fe.

Si desea crecer en fe, es necesario crecer en el conocimiento de Dios. Las promesas de Dios están en la Biblia no sólo para ser leídas, pero para ser creídas. Cuando usted cree, el poder de Dios obra a través de su fe. Dios pudo haber enviado ángeles para predicar el evangelio y salvar a los perdidos, pero escogió enviar a los seres humanos, hechos a su imagen y semejanza, especialmente a los que creyeran. Daniel creyó que Dios le daría la revelación del sueño del rey. ¿Cree usted que Dios le quiere usar como instrumento de salvación?

Para usted que aún no ha recibido a Cristo, déjeme decirle que Él tiene para usted un plan para la salvación de su alma, y que no le dejará aún cuando esté atravesando por cualquier crisis en su vida. Los amigos nos pueden abandonar, los familiares nos pueden abandonar, los compañeros nos pueden abandonar. Pero Cristo nunca nos dejará. Aunque "andemos por el valle de sombra de muerte", Él estará con nosotros (es Su promesa, no sólo para el rey David que escribió este glorioso Salmo, sino para todos los creyentes).

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS Cristo viene pronto!

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