Daniel 2:46-49

¿Qué cree usted de la fe? ¿Es algo para ahora, es decir, para la vida en esta tierra, o para "el más allá"? Vea los resultados de la fe y la oración de Daniel y sus amigos:

Daniel 2:46-49

"Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio" 

"Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey" 






Para usted que comparó con el arameo original, podrá notar mínimas variaciones en la traducción, pero no le restan nada a la calidad de la versión de Reina Valera, que es excelente. No obstante, es bueno aclarar "se humilló" - respecto a la acción de Nabucodonosor - porque es una expresión muy general y en nuestros tiempos puede conllevar significados diferentes a lo que él hizo. 

La palabra usada para la acción del rey es "segíd" en arameo ("sagád" en hebreo) que significa "reverenciar, honrar o adorar"; se usa para la acción de arrodillarse o postrarse ante Dios, ante los ídolos o ante las autoridades (reyes u otros similares) El rey se "humilló" en el sentido de "postrarse" y "mostrar respeto". La palabra en sí no conlleva "humillación" en el sentido de "deshonra", "degradación" o "vejación"; aunque para Nabucodonosor puede haber sido vergonzoso porque él no tenía en estima especialmente a los judíos, ni a Daniel ni a su Dios, y la historia no lo muestra en absoluto como una persona "humilde" de naturaleza. 

Es notable que el rey del imperio preponderante de aquellos tiempos se postrase reverentemente ante un esclavo traído de una de las naciones conquistadas. Conforme a las costumbres de la época eran todos los demás los que tenían que postrarse ante Nabucodonosor. Este hecho, y las palabras del rey, muestran una diferencia entre el verdadero Dios (el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios de Israel, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo) y los "dioses" de las naciones paganas (que no dieron a sus siervos la revelación) El testimonio del Dios de Israel, que fue conocido por aquellos "gentiles" a través de las acciones y palabras de Daniel y sus amigos, estaba en el plan de Dios, que libraría a Israel de la cautividad babilónica usando un rey persa, Ciro el Grande. 

Cuenta la historia que antes de la Batalla del Puente Milvio en 312 DC, el emperador romano Constantino I (que reinó de 306-337) vio una cruz en el cielo, símbolo del cristianismo - por ese entonces rechazado y perseguido - y en la cruz las palabras "con este signo vencerás". Se dice que mandó a pintar símbolos cristianos en los escudos de sus soldados y ganó la batalla, lo cual le llevaría a controlar el Imperio Romano Occidental (con su cuñado Licinio controlando la parte oriental) Por causa de la victoria, se dice que Constantino se convirtió al cristianismo (aunque en realidad lo aceptó y lo hizo legal, pero lo incluyó entre las muchas religiones de Roma) Un detalle interesante de su "conversión" es que se hizo bautizar muchos años después, poco antes de su muerte (en la creencia de aquellos tiempos de que "en el bautismo serían perdonados sus pecados") 

¿Qué es "salvación" para usted? ¿Quizá lo que era para Constantino, u otra cosa? Respóndase a sí mismo y compare con lo que dice la Palabra de Dios. 

En Mateo 1:21 se le profetiza a José que el hijo de María, engendrado del Espíritu Santo, se llamaría "Jesús", "porque Él salvaría al pueblo de sus pecados". El nombre en español, "Jesús", es la traducción del griego del NT "Iesús", que a su vez viene del hebreo "Yeshúa", "salvación".  

¿Qué es, entonces, esta "salvación" de la cual hablan las Escrituras?

Para Daniel fue algo muy literal. Él y sus amigos estaban condenados a muerte, y oraron a Dios por una revelación, la cual llevaron al rey y así obtuvieron la salvación de sus vidas; además fueron prosperados grandemente, pasando de esclavos a funcionarios estatales. 

La palabra "yeshúa", "salvación", es la que usa el rey David en el Salmo 3:2, cuando dice que sus enemigos proclamaban que para él no había salvación, pero en 3:8 él confiesa que "la salvación es de Jehová". Este Salmo fue escrito en ocasión de la rebelión de Absalón su hijo, a quien se unió una gran parte del pueblo. La declaración de total confianza en Dios del rey David, y su fe inquebrantable, le dieron la victoria sobre los rebeldes. Absalón murió, la rebelión fue aplastada y David regresó al trono. 

El significado básico de la palabra es "salvar la vida", esto es, escapar de la muerte. Pero esto no es todo. La aplicación de la palabra a la eternidad habla de salvar otro tipo de vida, la "vida eterna". Esta comparación puede verse en el relato de Hecho 16:16-34. El apóstol Pablo había librado a una joven esclava de un demonio, y los dueños, que obtenían ganancias con las adivinaciones de ella, le denunciaron junto a Silas, su acompañante, a las autoridades, por lo cual fueron encarcelados. Pero allí ellos se mantuvieron firmes en su fe y cantaban himnos a Dios, por lo cual el Señor desató un terremoto que sacudió la cárcel y abrió las puertas. El carcelero, creyendo que los presos escapaban, se iba a suicidar (era un soldado romano, que hubiera sido ejecutado si esto ocurría) Pablo le llamó y le dijo que no se suicidara, que nadie había escapado. Cuando él preguntó lleno de temor, ¿qué debo hacer para ser salvo?, muy probablemente estaba hablando de su vida física, que perdería por haber faltado a su deber. Pero Pablo tomó la ocasión para predicarle el evangelio, "cree en el Señor Jesucristo", le dijo, "y serás salvo, tú y tu casa". Y se convirtió el carcelero con toda su familia. 

Este significado de "salvación", esto es, escapar de la "muerte eterna" y ganar la "vida eterna", es el básico y principal de la palabra, como bien leemos en 1ra de Pedro 1:9, que califica la "salvación del alma" como el "fin de la fe" (el motivo por el cual creer, o el resultado de creer) PERO la "vida en fe" no tiene como ÚNICO objeto "ir al cielo". Si así fuera, Constantino tuviese razón en dejar la conversión a cristiano para la hora de la muerte, y David pudo haber dicho, "OK; que se queden con el reino. Yo soy salvo y voy al cielo de todos modos, aunque Absalón me haya destronado con un golpe de estado". Pero la Escritura no encomienda la actitud de Constantino en ningún verso, ni del Antiguo ni del Nuevo Testamento. Y David no se quedó derrotado por los rebeldes. 

La ausencia de "salvación" nos mantiene en un estado de "pecadores". Los "pecadores" no viven conforme al propósito de Dios, viven de modo "injusto", y por causa de su "pecado" e "injusticia" van al infierno. La salvación obra una LIBERACIÓN del pecado que nos tiene atados a este destino (tanto en la tierra como en la eternidad) y nos hace "justos" (aún siendo pecadores) por el hecho de creer en Cristo, para que podamos ser "salvos". 

Los "pecadores" no viven conforme a lo que Dios manda, sino conforme a su "naturaleza caída", lo que implica que son manipulados por Satanás (el adversario de Dios, que usa todo engaño para que las personas vivan en oposición a su Creador) La salvación nos trae VICTORIA sobre el maligno, porque cada día podemos buscar la ayuda del Señor - como el rey David en el Salmo 3 - para que nos rescate de la maldad que nos acecha, y nos haga victoriosos. 

La palabra "yeshúa", "salvación", conlleva además de "salvación" estos dos significados, "liberación" y "victoria". Aún más, implica "sanidad" y "prosperidad". La Escritura incluye muchos ejemplos de personas que fueron milagrosamente sanados por Dios (ciegos, paralíticos, endemoniados y otros muchos) y que fueron prosperados por creerle a Dios, como el caso que vemos en Daniel 2. Observe que no sólo Daniel fue promovido; también los amigos que oraron con él por salvación tuvieron su recompensa. 

El propósito de Dios para con nuestras vidas no es que vivamos atados por nuestros pecados, en derrota, en enfermedad o en pobreza. Si usted está bajo cualquiera de estas condiciones, sepa que la "salvación" que Cristo Jesús ofrece, a través de la sangre derramada en la cruz del Calvario, tiene su provisión para librarle de todos estos males. Reciba a Cristo como su Señor y Salvador, y con Él, no sólo la vida eterna, pero resultados de su FE en esta tierra!

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS ¡Cristo viene pronto!

NOTA FINAL A DANIEL 2

Con este pasaje termina el capitulo segundo del libro de Daniel. En este impresionante relato se reúnen las dos palabras clave del libro de Daniel, "testimonio" y "profecía". Tanto el capítulo 1 que ya hemos tratado, como los capítulos 3-6, hacen más énfasis en el testimonio que aquellos jóvenes judíos dieron del Dios de Israel ante los babilonios y los persas (aunque se muestran allí también profecías y revelación de sueños, están relacionadas con aquellas personas a quienes se les dieron). Y desde el capítulo 7 hasta el fin, podemos leer la gran profecía que Dios dio a Daniel acerca de lo que acontecería desde los tiempos de Babilonia hasta la eternidad, que ha sido a grandes rasgos dada a conocer por la interpretación del sueño de Nabucodonosor. Si desea conocer más de Dios, siga leyendo! 

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