Daniel 2:34-35

Qué sabe usted del Reino de Dios? Observe la revelación que Dios dio a Nabucodonosor (y se la hizo recordar y entender por la profecía de Daniel)

Daniel 2:34-35

"Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra"

Si usted comparó la traducción de RV con el arameo original en la versión interlineal habrá notado que es una traducción muy correcta y literal. Para entrar en materia, para tener acceso a la revelación de lo que ha de venir y que fue profetizado por Daniel, veamos qué fue mostrado al rey en su sueño y revelado al profeta junto con la interpretación. Aunque esta revelación es mucho más amplia, en estos dos versos hay ciertas indicaciones que nos sirven de guía hacia la verdad:

El rey soñó con una "piedra" - que los versos 44-45 identifican con un reino especial que viene después de los pies de hierro y barro (si usted ha leído el mensaje anterior sabrá que los "pies" de la estatua son el último reino humano sobre la tierra antes de la llegada del reino de Dios) La piedra es cortada "no con mano" porque no hay en ella acción humana alguna (este reino llega directamente de Dios, no usando líderes humanos para establecerlo) "Hirió a los pies" y "los desmenuzó" es la derrota del último reino humano para establecer el Reino de Dios. Daniel 2:44 coloca este suceso "en los días de estos reyes" (los reyes representados por los pies de hierro y barro y por el "cuerno pequeño" en Daniel 7:21-22)  

Si reunimos todo lo que ha sido revelado hasta aquí, tendremos:

1) La cabeza de oro de la estatua, que representa a Babilonia
2) Tres reinos más, representados por el resto de la estatua
3) Un cambio en el cuarto y último imperio (el hierro se mezcla con barro)
4) Llegada del Reino de Dios (eterno e indestructible; hace desaparecer a los demás)

Durante siglos, muchos han comprendido mal el significado de este "Reino de Dios", porque han pasado por alto que incluye significados diferentes. Lucas 21:31 dice, "...cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios". "Estas cosas" son una serie de señales que marcan los últimos tiempos de gobierno humano en la tierra (muchas de ellas están enumeradas en este capítulo de Lucas, y en Mateo 24) La declaración de Nuestro Señor muestra que el Reino de Dios vendría después de estos sucesos. No obstante, Él declaró también que el reino de Dios "ya está entre nosotros", que "muchos se esfuerzan or entrar en el reino", y que en el reino hay juntos "trigo y cizaña", lo cual es señal de que el reino era también algo presente. 

El primer "hebreo" así llamado es el patriarca Abraham, padre de la nación de Israel. No obstante, sería algo exagerado decir que la familia de Abraham era la "nación de Israel". Incluso sería impropio llamar "nación" a la mucho más numerosa familia de Israel su nieto, que entró en Egipto y cuya descendencia fue esclavizada allí. Si Dios no hubiera levantado nunca a Moisés u otro profeta con la misma misión, los "hebreos" hubieran sido una familia que llegó a Egipto y fueron esclavizados. Pero ellos conocían al verdadero Dios, se sabían hijos de Abraham y tenían varias profecías acerca de lo que llegarían a ser. Para los egipcios eran los "esclavos hebreos", pero ellos mismos se sabían "llamados a ser una gran nación" a la cual se congregarían muchos pueblos (Gn 49:10). A Egipto entró una familia de hebreos; de Egipto salió al desierto el pueblo de Israel, a ocupar la tierra prometida que Dios le había indicado a Abraham, Isaac y Jacob, y que le mostró a Moisés, y convertirse en una nueva nación, que viviría en Israel y tendría por capital a Jerusalén. 

La iglesia del Señor está también compuesta por antiguos "esclavos" del pecado que fueron libertados por un segundo "Moisés" (el Señor Jesucristo) y vamos a través de un "desierto" hacia la "tierra prometida" (el cielo, el reino de los cielos, el paraíso, el reino de Dios, etc.) Puede decirse que ya somos un "Israel espiritual", pero no significa que ya estamos en la eternidad, junto al pueblo de Dios del AT, en la Nueva Jerusalén. El reino de Dios "está ya entre nosotros" como estaba Israel en el desierto: dirigidos por Dios, recibiendo Sus leyes y mandamientos, organizándose, construyendo el tabernáculo (un templo provisional) pero sin haber ocupado su país, la tierra prometida, y viviendo entre naciones que tenían otros dioses. Así también esperamos llegar a la eternidad, donde este reino de Dios se hará realidad para toda la tierra - y hará desaparecer de nosotros hasta el recuerdo de nuestro "Egipto" (el mundo que hemos dejado atrás, con el cual ahora nos toca convivir) Como Israel en el desierto era una "nación" espiritual, camino de su patria, así somos "extranjeros y peregrinos" los cristianos en este mundo que no conoce a Nuestro Señor, y vamos camino a Su reino, que ahora es un reino espiritual. 

Ahora bien, el Reino que vio venir Nabucodonosor en forma de piedra que golpeaba los pies de la estatua (último gobierno humano) y que Daniel interpretó por el Espíritu de Dios, ¿es el reino de Dios que "ya está entre nosotros" (espiritual) o el que "vendrá" (físicamente)? Para muchos la pregunta podría parecer académica y la respuesta obvia; sin embargo, hay toda una "teología" que sostiene lo contrario a lo que es evidente - y esto ha llevado a una aplicación torcida del evangelio a las vidas de las personas y aún de las naciones. 

En Lucas 22:16, mientras participaban de la "última cena", Nuestro Señor dijo a sus discípulos, "Porque os digo que no la comeré más, [la pascua o cena pascual] hasta que se cumpla en el reino de Dios". El Señor no comió nunca más la cena pascual con ellos, porque en breve moriría en la cruz, resucitaría al tercer día y ascendería al cielo 40 días después. La próxima gran cena en la cual lo vemos reunido con ellos es en las "bodas del Cordero" en el libro de Apocalipsis, después de la resurrección de los creyentes. Esta resurrección es descrita en 1 Corintios 15, donde el verso 50 nos dice claramente que en el reino de Dios no entrará lo "corruptible" (nuestros cuerpos mortales actuales) sino los resucitados o transformados en la resurrección (cuerpos "glorificados") El significado total de estos versos es que viene un período en que los muertos en Cristo resucitarán, y que el reino de Dios no será más "espiritual" sino literal y físicamente palpable. En el libro de Apocalipsis se muestra que esto ocurrirá después de la Venida del Señor, en el Milenio (Ap 20)

Este Reino de Dios o Milenio que vendrá con la 2da Venida del Mesías fue profetizado ampliamente en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo. Uno de los profetas que más lo menciona es Isaías, que profetizó un conocimiento de Dios y una religión universales (Is 11:9, 45:23-24) un reino eterno y universal (Is 9:6-7) y el fin del pecado, un mundo en que todos serían justos (Is 32:16-17) Una mirada al mundo actual nos mostrará países democráticos (donde los pueblos eligen a los gobernantes) o con monarquías (hereditarias) o dictaduras (y aún los hay en estado de anarquía) También podemos ver multitud de religiones diferentes e incluso negación de la existencia de Dios, y podemos ver muchas formas de pecado que aún ocurren (difícilmente se puede decir que "el diablo está atado", como muestra Apocalipsis 20 que ocurrirá en el Milenio) En todo caso, identificar cualquier período histórico hasta ahora con el "Milenio" es imposible. 

La profecía de Daniel en estos versos corrobora un Reino venidero (la "piedra cortada, no con mano") que literalmente destruye todos los gobiernos humanos que se han sucedido, de los cuales "no quedó rastro alguno", y que se convierte en un "gran monte que llenó toda la tierra" (un reino de carácter universal) Si usted ha estado engañado hasta ahora, creyendo que "el Milenio ya llegó" o que "el Milenio está llegando poco a poco con la actividad de la iglesia", reciba la revelación de la verdad. La ignorancia acerca de la eternidad nos roba las esperanza bendita del futuro que Nuestro Señor prometió, y lo que es aún peor, nos pone en la situación de querer lograr ahora cosas que Dios no ha prometido para estos tiempos. Tiempo vendrá en que todos conocerán al Dios de Israel, pero ahora es el tiempo de llamar a la salvación a aquellos que están sin Dios y sin esperanza, y "enseñarles que guarden todas las cosas que el Señor Jesucristo nos ha mandado" a los que respondan al llamamiento (reciban a Cristo como su Señor y Salvador). 

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS ¡Cristo viene pronto!

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