Daniel 2:19-23

Canta usted? A quién le canta? Lea esta alabanza y oración de Daniel:

Daniel 2:19-23

"Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. Y Daniel habló y dijo:

Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos,
porque suyos son el poder y la sabiduría.

Él muda los tiempos y las edades;
quita reyes, y pone reyes;
da la sabiduría a los sabios,
y la ciencia a los entendidos.

Él revela lo profundo y lo escondido;
conoce lo que está en tinieblas,
y con él mora la luz.

A ti, oh Dios de mis padres,
te doy gracias y te alabo,
porque me has dado sabiduría y fuerza,
y ahora me has revelado lo que te pedimos;
pues nos has dado a conocer el asunto del rey"



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Aunque es muy buena la traducción de Reina Valera, algunas palabras pueden - y deben - ser precisadas para ganar en comprensión. "Sea bendito...", del arameo "mebarékh", es una forma de "berák", correspondiente al hebreo "barák". Esto significa bendecir (a Dios o a las personas), o arrodillarse, o adorar de rodillas. "Bendecir" significa alabar o exaltar - cuando se trata de Dios - o proclamar la protección de Dios, su cuidado y providencia sobre los hijos, la familia, el pueblo, etc. (puede leer por ejemplo la bendición de Isaac e Israel sobre sus hijos, la bendición sacerdotal de Números 6 y otros ejemplos) Pero en el original significa también "arrodillarse" o "adorar".

La traducción "de siglos en siglos", del arameo "min almá vead almá" - que corresponde al hebreo "leolam vaed" puede ser traducida también como "desde la eternidad y hasta la eternidad". Cuando Daniel habla de "mudar los tiempos y las edades" hace alusión a los acontecimientos históricos y su duración. "Las edades" = "las sazones", o los "tiempos" en que ocurre algo en especial, vienen del arameo "zemán", que significa "tiempo señalado", "kairós" del NT. "Los tiempos" (arameo "iddán") aluden a la duración de estas "edades" (el "khrónos" del NT). La expresión entonces indica que Dios es quien permite gobernar a los reyes y quien determina la duración de sus gobiernos. Puede imaginar el gozo que experimentaron Daniel y sus amigos con la interpretación del sueño del rey, porque recibieron la revelación de la liberación final de su pueblo Israel de todo imperio opresor.

El arameo "mandeá", traducido como "ciencia", significa más generalmente "conocimiento" (no sólo el "conocimiento científico" sino cualquier forma de conocimiento). La "ciencia" - o conocimiento - que "da a los entendidos" es expresada poéticamente como "luz"; lo "desconocido", como "profundo", "escondido" o "en tinieblas". "Él revela..." significa que todo conocimiento y sabiduría vienen de Dios (ya sea obtenido por métodos científicos, intuición, experiencia, instrucción, práctica o cualquier vía)

En una de las ocasiones en que Nuestro Señor Jesucristo iba de Judea a Galilea, pasó por una ciudad de Samaria llamada Sicar y se sentó a descansar en un pozo. Mientras descansaba allí, llegó una mujer samaritana que venía al pozo a buscar agua y Él le pidió agua, lo cual fue motivo de asombro para ella. En aquellos tiempos, los judíos veían a los samaritanos como una nación apartada, diferente, por causa de su mezcla con los "gentiles" promovida por los asirios que conquistaron el reino del norte, Israel. Esta "mezcla" incluía las religiones de las otras naciones involucradas, por lo que los "samaritanos" ya no podían con propiedad ser llamados "judíos". El Señor hizo caso omiso de esta barrera social y religiosa, y le predicó las buenas nuevas, convirtiéndola en uno de los primeros evangelistas (ella fue y comunicó a muchos otros lo que había oído, y éstos vinieron a Jesús)

En su conversación con la mujer samaritana, Nuestro Señor pronunció una ley espiritual que es el principio de toda la adoración a Dios: "Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" (Juan 4:24). La palabra griega usada para "adorar" en este verso es "proskunéo", que corresponde con el hebreo "shakhá" (ambas significan "adorar" o "postrarse") De aquí que comunican la misma idea que el "berák" arameo y "barák" hebreo, "adorar".

Los libros de los profetas incluyen con frecuencia llamados a la "verdadera adoración". "Hastiado estoy de holocaustos de carneros..." proclama el Señor por boca del profeta Isaías (1:11). También en Jeremías (11:15) pregunta Dios, ¿crees que los sacrificios y las carnes santificadas de las víctimas pueden evitar el castigo? y el profeta Oseas (6:6) dice por el Espíritu Santo, "Porque misericordia quiero, y no sacrificios, y conocimiento de Dios más que holocaustos". ¿Cómo es posible que los profetas ungidos por el Espíritu de Dios pronuncien palabras en contra de los sacrificios ordenados por Moisés, que son el medio de reconciliación con Dios en el AT, dado por Dios mismo, para hacer expiación por los pecados? El mal que ellos atacan no es el sacrificio en sí, que es santo y ordenado por Dios, sino la actitud del corazón de los que lo presentan, cuando no lo hacen "en espíritu y en verdad".

Mucho se ha escrito y dogmatizado acerca de la adoración. Tanto, que se haría imposible decir, "ésta es la verdadera adoración" (porque no hay otro asunto que haya creado más divisiones en la iglesia) A través de los siglos se ha debatido en qué forma hay que orar, cantarle a Dios - o incluso si es que hay que hacerlo - en qué forma hay que ejecutar los instrumentos - o incluso si es propio usarlos - cómo se interpreta la Biblia para que guíe nuestra vida - o incluso si debe ser la Biblia la guía de nuestra vida... Pero esto sería materia de todo un libro acerca del conocimiento de Dios y la adoración que Él pide, lo cual no es el propósito de esta página. En mi opinión, porque ese libro ya está escrito, y se llama "la Biblia".

Volviendo a Daniel, él no se hace ningún problema con la adoración, sino que "bendice" el nombre de Dios. En este pasaje podemos ver cómo destila alabanza y adoración del corazón del profeta, hacia el Dios que respondió sus oraciones y las de sus amigos, con la revelación que les libraría de la muerte. Y es en esta actitud y disposición del corazón en que Daniel dice, "sea bendito...", "te doy gracias...", "te alabo...". La adoración de Daniel fluye con naturalidad de alguien que conoce a Dios, ha puesto en sus manos la esperanza de sobrevivir a un mal que le amenazaba, y ha sido salvado por su Creador que le ama. Observemos qué idea tenía Daniel de "alabanza y adoración".

Al principio vimos que "sea bendito" es un modo de alabar el Nombre de Dios, lo cual implica adoración a Él ("bendecir" puede ser traducido como "arrodillarse" y "adorar") "Te doy gracias" es la traducción del arameo "yedá", que corresponde al hebreo "yadá". Este verbo significa "dar gracias", pero el sustantivo que le corresponde ("acción de gracias") es "todá" - griego "áinesis" - que significa también "adoración", "confesión" o "sacrificio de alabanza". Cuando se usa "yedá" se está diciendo también, "te adoro", "te alabo" o "te sacrifico alabanza". "Te alabo" es la traducción del arameo "shebákh", que corresponde al hebreo "shabákh". Este verbo significa "alabar" y es sinónimo del "halál" hebreo y el "ainéo" griego (obsérvese "ainéo" y "áinesis") "Halál" es la raíz de dos palabras hebreas muy relacionadas con la alabanza: "Aleluya" ("Alabado sea Jah") y "Tehilím" (título del libro de los Salmos; podría traducirse "libro de Alabanzas"). "Alabar" es, como todos sabemos, celebrar, expresar admiración, exaltar y otras expresiones.

Hay un motivo fundamental para alabar a Dios, y es que Él lo merece. En estos días en que se acerca la Navidad, y se celebra el nacimiento de Jesucristo Nuestro Señor, muchos de los que festejan ni siquiera conocen al "homenajeado". Imagínese ir a un cumpleaños, comer, beber y disfrutar, y no acercarse siquiera al que cumple años para felicitarlo. Estamos en un mundo lleno de bendiciones, y somos bendecidos cada día mucho más de lo que necesitamos, porque el Señor es bueno. Hemos sido llamados a una gran fiesta, pero nunca debemos olvidar que el homenajeado es Dios, no nosotros. La "fiesta" es en Su honor.

Daniel entedía esto perfectamente. Observe los motivos de alabanza y adoración por los cuales Daniel habló estas palabras:

1) Porque Dios, que es el Creador de todo, es el que lo sostiene todo: "suyos son el poder y la sabiduría", "quita y pone reyes", "muda los tiempos y las edades"

2) Porque nos bendice: capacita a los "sabios y los entendidos", "revela lo profundo y lo escondido", "me has dado sabiduría y fuerza", "nos has dado a conocer el asunto del rey". El profeta recibió "sabiduría y fuerza" para no buscar una solución violenta - que podría haberle costado la muerte - ni deprimirse por la amenaza de muerte del rey de Babilonia, sino pedir que le diesen tiempo y orar. Para esto es necesario una "unción" del Espíritu, que nos muestre la inutilidad de los esfuerzos humanos y nos lleve a buscar a Dios. Su oración fue contestada y recibió de Dios la revelación que le salvaría a él, a sus amigos, y a todos los sabios de Babilonia. En su alabanza y adoración, Daniel reconoce en Dios al que le dio la sabiduría para orar y la revelación para saber qué decirle al rey. En otras palabras, le atribuye la gloria a Dios.

Vivimos en un mundo que no está muy dispuesto a dar gloria a Dios, en el cual la alabanza y la adoración no tienen un lugar central en la vida de muchas personas (y en otras no tienen lugar alguno) Incluso he visto personas acercarse a la iglesia, pero que la abandonan cuando se les llama a dar gloria a Dios por las bendiciones que han recibido. No cometa el mismo error. Dios es digno de recibir gloria, honra y alabanza, y es digno de ser adorado en virtud de quien es y de todo lo que ha hecho por nosotros. Este es el mensaje del Salmo 148 (puede leerlo). La fe del profeta Daniel y su amor a Dios pueden notarse en su actitud frente al peligro de muerte por el cual pasó y en sus palabras de alabanza y adoración a Dios. En lo que usted canta o habla, también hay posibilidad de encontrar lo mismo, si su corazón ama a Dios, porque "de la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:45). Si ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, pero aún no hay palabras de agradecimiento para con Dios en su corazón, esto es un motivo de arrepentimiento. Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarnos. Si aquí le es difícil alabar y bendecir a Dios, muy probablemente no tiene la idea correcta acerca de la eternidad, porque allí se alaba y adora a Dios todos los días a todas horas.

Esta revelación no llegó a mi vida el mismo día en que recibí a Cristo. Por mucho tiempo seguí haciendo música mundana y trabajando en agrupaciones que la cantan. Pero el Señor es misericordioso y compasivo, y es paciente para con todos. Es Él quien me ha dado la unción, la "sabiduría y la fuerza" para vivir sólo para Él. Es Él quien me separó para Su servicio, y a quien exalto y glorifico con mi canto. No cometa el error que yo cometí. Se ahorrará tiempo - quizás años - de obras muertas e inútiles que de nada le aprovechan ante Dios.

Si aún no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, déjeme remitirlo al Salmo 73. Hay cierto número de Salmos que no fueron escritos por el rey David, y este es uno de ellos, un "salmo de Asaf". Este Asaf era director de coro en tiempos del rey David, y la palabra lo designa como profeta (escribió al menos 12 Salmos) En el Salmo 73 nos habla de cómo su corazón fue movido a pecar, por la "injusticia" que veía a su alrededor: él mismo, que servía a Dios y vivía en santidad, estaba siendo atribulado, mientras que los impíos, que no se acordaban para nada de Dios, prosperaban y eran cada vez más altaneros y soberbios. La verdadera justicia la comprendió al "entrar en el santuario de Dios" (verso 17). Quizás usted no ha entrado allí, porque no le han invitado, o porque lo han hecho, pero usted rechazó la invitación. En el santuario de Dios recibirá la revelación de que sin Jesucristo, no tiene importancia quiénes somos; sólo un infierno eterno es el destino que nos espera. Acepte a Cristo y líbrese de la condenación! Reciba la vida eterna! El estilo de vida de los impíos y altaneros pdiera parecernos deseable, pero su fin es la perdición. Acepte y siga a Cristo, y tendrá vida eterna en Él!

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS Cristo viene pronto!

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